28 de octubre de 2012

El Nombre de la Rosa


Según lo apreciado en la película, el nivel de control de información va más allá de censura y en mi opinión convierte todo tipo de información inconveniente al status quo en tabú. 

Es evidente que a raíz de la imprenta se abrieron las puertas a una cantidad enorme de información antes nao disponible "al pueblo."  La cantidad de diferentes ideas y convicciones que en aquella época simplemente no se veía con regularidad, crea un miedo terrible en la Iglesia (la cual evidentemente tiene el monopolio del poder o por lo menos tiene una gran influencia).  Es simple deducir que una persona informada es una persona que comenzará a generar ideas y tomar decisiones propias, creará conceptos de lo que piensa que es correcto y cuestionará su realidad inmediata y la autoridad por la cuál debe regirse. Este podría decirse que fue el mayor impacto que tuvo la prensa en esta época - el llevar vasta información a las manos de las masas y desencadenar así el pensamiento independiente.

Si yo hubiera sido la Iglesia Católica en aquellas épocas, acostumbrada a la ignorancia de las masas, su obediencia y mi incuestionabilidad, yo también entraría en pánico a la idea de la posible pérdida de poder y control.  No es sorprendente la decisión de censurar y esconder textos. Es más, es bastante obvia el desesperado intento de mantener el control sobre los demás. 

También vale la pena señalar la importancia del tipo de información escrita. Según los ejemplos de los libros que se leían en voz alta en "la biblioteca secreta" mucha de la información en los libros era completamente errónea y prácticamente mítica ("...el hombre que sufre de amor sufre de un mal similar al de un licántropo y acabará sus días rondando de noche por los cementerios."?) Claramente se ve que el control de la información no sólo existía en el monopolio de qué libros podían hacerse públicos, sino también en la manipulación de información que llegaba a las manos del público, presumo que con el fin de controlarlos tanto más.

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